domingo, 31 de julio de 2016

DE LAS CLINICAS DE ODONTOLOGIA Y ESTETICA DENTAL

En esta ocasión, voy hablarles de la proliferación de algunas clínicas dentales y de su agresiva publicidad que no solo desinforma sino que puede configurar lo que en derecho comercial sería una publicidad engañosa. En esta primera entrega hablaré de los capitales que soportan este tipo de negocios y el mero interés comercial  de los mismos.

Desde el punto de vista estatal el esquema del aseguramiento en salud en nuestro país ha permitido la integración vertical que les da vía libre a las EPS, para contratar a sus propias IPS, de manera que la misma aseguradora es la que administra a sus usuarios, les presta el servicio y además les cobra.

La entrada de inversionistas no profesionales de la salud y la perversa interpretación de la Ley 100 ha generado un cambio de roles entre el prestador y el usuario, quienes se han venido convirtiendo, los primeros en empleados de patrones mercantilistas y los segundos que antes eran pacientes en clientes.



El modelo ha prosperado en un medio donde la mano de obra especializada, no encuentra un trabajo digno y validado por  una legislación que permite la explotación del profesional, quien es vinculado a estas empresas sin ninguna contratación, sin seguridad social y trabajando a destajo (Porcentaje).

Ahora bien desde el punto de vista privado algunos inversionistas han llegado a nuestro país aunque sus empresas están siendo requeridas e investigadas en sus países de origen, por lavado de activos, y evasión de impuestos como el caso de Vitaldent* en España. Existe una sensación generalizada que algunas de estas clínicas son “lavaderos” de dólares lo que les permite manejar costos muy por debajo del mercado.

El esquema en el que se privilegia el ingreso monetario antes que la ética, pasa por encima de cualquier consideración y se basa en contratación por porcentaje (El profesional debe llevar su propio instrumental y en ocasiones insumos), establece estrictas políticas de ahorro en todo sentido lo que influye en calidad y cantidad de insumos disponibles y exige unos márgenes de rentabilidad elevados imponiendo unas metas que para ser cumplidas requieren un manejo masivo de pacientes y en muchas ocasiones el verse abocados a realizar tratamientos no indicados o sobre-tratamientos.

La publicidad en donde se mencionan entre otros: tarjetas de vinculación, 50% en segundo tratamiento, los “todo incluidos” y los “combos”, (términos tomados de campañas de  hotelería y comida rápida) etc.; es una publicidad muy poco veraz y termina siendo un simple gancho para conseguir clientes. Al final de cuentas el paciente paga por todo con costos camuflados en contratos de incomprensible  letra menuda.



Desde el punto de vista de control, la Secretaría de Salud de Bogotá, con su exigente esquema de habilitación, ha logrado cerrar por hallazgos e inconformidades mayores a algunos de estos centros, los cuales están nuevamente funcionando a los quince días con una nueva razón social y un nuevo representante legal.

Es importante hacer consciencia de esta situación y entender que nuestra salud oral y la de nuestros hijos no puede estar en manos de economistas y analistas financieros, que privilegian rendimientos y márgenes por encima de la ética y la búsqueda real de bienestar que deberían continuar siendo los principios de nuestra noble labor.


Hasta la próxima.

Dr. Juan Carlos Carreño R.
Ortodoncista