viernes, 4 de abril de 2014

¿EN QUÉ CONSISTE UN TRATAMIENTO DE ORTODONCIA DE CALIDAD?



En los servicios de ortodoncia, la calidad es un intangible que debe ser percibido por el paciente, se puede decir por definición que, Calidad es el conjunto de propiedades y características de un producto o servicio que le confieren capacidad de satisfacer necesidades, gustos y preferencias; y de cumplir con expectativas  del consumidor.
En el caso de la ortodoncia, este es un servicio en donde son muchos los factores que en una primera valoración son imposibles de evidenciar; voy a mencionar un listado de características que permiten enmarcar la propuesta de “un tratamiento de calidad”.

Debemos iniciar por el ortodoncista: es un profesional de la odontología que realiza una especialización de tiempo completo, que en promedio tarde tres años, está capacitado para diagnosticar y tratar todo tipo de problemas de maloclusión, dental y esquelética; también para el manejo de casos en crecimiento (Ortopedia funcional ) y ortodoncia interceptiva (Niños). La experiencia le brinda un valor agregado difícil de evaluar, pues en la medida en que realiza y dirige tratamientos con el tiempo va evidenciando los resultados y definiendo un criterio que asegura la calidad de su intervención. Debe mantenerse actualizado, pues la evolución en las áreas de la salud es relevante y muy dinámica.



Recurso Humano: la preparación del personal auxiliar es también de mucha importancia, pues está en manos de este grupo capacitado de personas, la realización de los procedimientos que el profesional delega y supervisa;  además están manejando  controlando la bioseguridad, que permite una atención segura y confiable del paciente.



Bioseguridad: es un compromiso que asegura la atención sin riesgo de cualquier paciente, busca garantizar  que el instrumental utilizado esté en condiciones de esterilización óptimas y que se evite al 100%  el riesgo de infecciones y contaminación, para esto se tiene en cuenta la cantidad  de instrumental disponible, la rotación del mismo y los ciclos de esterilización en autoclaves, manteniendo controles de estos procesos con indicadores químicos y biológicos, procedimientos avalados por la SSB.



Diagnóstico: es definitivo a la hora de hablar de calidad, un diagnóstico adecuado, permite establecer un plan de tratamiento acorde a las necesidades individuales del paciente; parte de una valoración en donde se averiguan las expectativas y necesidades del paciente que es lo que llamamos anamnesis, se verifican clínicamente las condiciones de la persona y esta información se ratifica con los exámenes de diagnóstico que por lo general incluyen, radiografías laterales (Perfíl), radiografías panorámicas, todas digitalizadas y fotos clínicas, intra y extra orales.



Seguimiento: es imprescindible, y hace parte de la evaluación en cada cita, pues el clínico revisa y replantea los pasos de su terapia, evidenciando el logro de los objetivos  o el progreso hacia los mismos, que se han planteado, discutido y que han quedado consignados en la historia clínica del paciente; durante el proceso se toman registros diagnósticos, especialmente radiografías panorámicas, que permiten el control de los elementos que no se ven en el examen clínico como: niveles de hueso, ubicación de las raíces (paralelismo) y progreso de terceros molares (Cordales).



Insumos: este es indudablemente uno de los más importantes, pues las características y especificaciones de los brackets y la metalurgia de los alambres, permiten al ortodoncista obtener unos resultados predecibles y estables. Los alambres de última tecnología están construidos con aleaciones súper-elásticas y de activación térmica (Se activan con la temperatura de la boca y con la de los alimentos) lo que hacen que sean más tolerables biológicamente, lo que implica menos incomodidad en la activación y la posibilidad de realizar controles cada seis u ocho semanas, a la vez que se agiliza el tratamiento. La formulación de los brackets, permiten llevarle al diente de manera individual  la información de dónde deben estar las raíces y sus angulaciones e inclinaciones apropiadas.
Las nuevas tecnologías, de auto-ligado, que permiten reducir de manera importante la fricción (el rozamiento entre los alambres, los brackets y los “cauchitos”), nos dan también la posibilidad de obtener resultados con fuerzas  ligeras y por lo tanto más biológicas, lo que se traduce en menor dolor e incomodidad, con mejor control de la higiene oral y en un plazo menor de tiempo


En fin son muchos los factores que deberíamos analizar al poner en manos de cualquier institución el tratamiento de ortodoncia nuestro o  de nuestros hijos; pues además de ser un proceso que busca estética, que es lo más visible, también está dirigido a lograr una buena función en masticación y una sonrisa realmente saludable, no solo bonita.

Dr. Juan Carlos Carreño.
Ortodoncista

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