En los servicios de ortodoncia, la calidad es un
intangible que debe ser percibido por el paciente, se puede decir por
definición que, Calidad es el conjunto de propiedades y características de un
producto o servicio que le confieren capacidad de satisfacer necesidades,
gustos y preferencias; y de cumplir con expectativas del consumidor.
En el caso de la ortodoncia, este es un servicio en donde
son muchos los factores que en una primera valoración son imposibles de
evidenciar; voy a mencionar un listado de características que permiten enmarcar
la propuesta de “un tratamiento de calidad”.
Debemos iniciar por el
ortodoncista: es un
profesional de la odontología que realiza una especialización de tiempo
completo, que en promedio tarde tres años, está capacitado para diagnosticar y
tratar todo tipo de problemas de maloclusión, dental y esquelética; también
para el manejo de casos en crecimiento (Ortopedia funcional ) y ortodoncia
interceptiva (Niños). La experiencia le brinda un valor agregado difícil de
evaluar, pues en la medida en que realiza y dirige tratamientos con el tiempo
va evidenciando los resultados y definiendo un criterio que asegura la calidad
de su intervención. Debe mantenerse actualizado, pues la evolución en las áreas
de la salud es relevante y muy dinámica.
Recurso Humano: la preparación del personal auxiliar
es también de mucha importancia, pues está en manos de este grupo capacitado de
personas, la realización de los procedimientos que el profesional delega y
supervisa; además están manejando controlando la bioseguridad, que permite una
atención segura y confiable del paciente.
Bioseguridad: es un compromiso que asegura la
atención sin riesgo de cualquier paciente, busca garantizar que el instrumental utilizado esté en
condiciones de esterilización óptimas y que se evite al 100% el riesgo de infecciones y contaminación, para
esto se tiene en cuenta la cantidad de
instrumental disponible, la rotación del mismo y los ciclos de esterilización
en autoclaves, manteniendo controles de estos procesos con indicadores químicos
y biológicos, procedimientos avalados por la SSB.
Diagnóstico: es definitivo a la hora de hablar de
calidad, un diagnóstico adecuado, permite establecer un plan de tratamiento
acorde a las necesidades individuales del paciente; parte de una valoración en
donde se averiguan las expectativas y necesidades del paciente que es lo que
llamamos anamnesis, se verifican clínicamente las condiciones de la persona y
esta información se ratifica con los exámenes de diagnóstico que por lo general
incluyen, radiografías laterales (Perfíl), radiografías panorámicas, todas
digitalizadas y fotos clínicas, intra y extra orales.
Seguimiento: es imprescindible, y hace parte de
la evaluación en cada cita, pues el clínico revisa y replantea los pasos de su
terapia, evidenciando el logro de los objetivos
o el progreso hacia los mismos, que se han planteado, discutido y que
han quedado consignados en la historia clínica del paciente; durante el proceso
se toman registros diagnósticos, especialmente radiografías panorámicas, que
permiten el control de los elementos que no se ven en el examen clínico como:
niveles de hueso, ubicación de las raíces (paralelismo) y progreso de terceros
molares (Cordales).
Insumos: este es indudablemente uno de los
más importantes, pues las características y especificaciones de los brackets y
la metalurgia de los alambres, permiten al ortodoncista obtener unos resultados
predecibles y estables. Los alambres de última tecnología están construidos con
aleaciones súper-elásticas y de activación térmica (Se activan con la temperatura
de la boca y con la de los alimentos) lo que hacen que sean más tolerables
biológicamente, lo que implica menos incomodidad en la activación y la
posibilidad de realizar controles cada seis u ocho semanas, a la vez que se
agiliza el tratamiento. La formulación de los brackets, permiten llevarle al
diente de manera individual la
información de dónde deben estar las raíces y sus angulaciones e inclinaciones
apropiadas.
Las nuevas tecnologías, de auto-ligado, que permiten
reducir de manera importante la fricción (el rozamiento entre los alambres, los
brackets y los “cauchitos”), nos dan también la posibilidad de obtener
resultados con fuerzas ligeras y por lo
tanto más biológicas, lo que se traduce en menor dolor e incomodidad, con mejor
control de la higiene oral y en un plazo menor de tiempo
En fin son muchos los factores que deberíamos analizar al
poner en manos de cualquier institución el tratamiento de ortodoncia nuestro o de nuestros hijos; pues además de ser un
proceso que busca estética, que es lo más visible, también está dirigido a
lograr una buena función en masticación y una sonrisa realmente saludable, no
solo bonita.
Dr. Juan Carlos Carreño.
Ortodoncista
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