Uno de los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los padres de
familia, son las anomalías en la erupción
de los dientes permanentes la cual inicia con la aparición del primer molar
permanente, éste brota aproximadamente a los seis años de edad inmediatamente
atrás de los dientes temporales, es raro que este diente presente problemas al
erupcionar, pero en algunos casos, si se han perdido los molares temporales, éste
puede invadir el espacio de los premolares permanentes y generar impactaciones
de los mismos demandando inmediatamente atención especializada.
Posteriormente hacia los siete años de edad, inician su erupción los
incisivos centrales y laterales comenzando primero en la mandíbula y
posteriormente en el maxilar superior,
los problemas más frecuentes que ocasionan trastornos en la erupción de estos
dientes son la ausencia de espacio para la acomodación, lo cual puede producir
erupción en mal posición o retención de los incisivos por falta de espacio. La
otra anomalía que produce alteración de la erupción normal, es la presencia de
dientes supernumerarios, éstos son estructuras anormales que se forman de los
tejidos que dan origen a los dientes y se comportan como una barrera que
bloquea la erupción de los incisivos, este fenómeno es más frecuente en el maxilar superior y el signo con el cual
los padres pueden detectar que algo anormal sucede, es cuando erupciona un
diente y el del otro lado se demora más de 6 meses en brotar. Las anomalías
anteriormente mencionadas, requieren la atención especializada del ortodoncista
el cual debe ordenar unos exámenes complementarios que le permitirán establecer
el diagnóstico y plan de tratamiento oportuno de muy buen pronóstico si se detecta a
temprana edad.
Una vez erupcionados los primeros molares permanentes y los cuatro
incisivos, los niños están aproximadamente en los 9 años de edad, en este
momento siempre es recomendable tomar una radiografía panorámica con el fin de
controlar que los demás dientes permanentes se formaron normalmente, que los
espacios para erupcionar son adecuados o detectar anomalías de ausencia genética
de premolares que también son frecuentes, con un diagnóstico oportuno se puede
planear la conducta a seguir con la posición de los demás dientes y la relación
de la mordida final.
Luego en la mandíbula, erupciona respectivamente el canino, el primer
premolar, y el segundo premolar; y en el maxilar superior el primer premolar,
el segundo premolar y el canino superior, entonces cuando el espacio disponible
para estos tres dientes esta disminuido el último diente en salir de cada
maxilar puede quedar en mal posición o no erupcionar por que físicamente hay un
bloqueo, es recomendable que en esta edad, de los 9 a los 12 años, los niños
acudan a control de erupción por parte
de un ortodoncista para detectar a tiempo los problemas mencionados, los cuales
se resolverán fácil mente con un tratamiento oportuno.
Hacia los 12 años de edad brotan atrás de los primeros molares
permanentes los segundos molares permanentes, estos dientes cuando no
encuentran suficiente espacio para su correcta erupción, pueden quedar
bloqueados o semierupcionados, ocasionando problemas de retención de alimentos,
caries e infecciones asociadas, si se detectan a tiempo son resueltos con
tratamientos convencionales de ortodoncia, las radiografías panorámicas
orientan fácilmente al ortodoncista para el manejo de la mal posición.
Los últimos dientes en erupcionar
son los terceros molares permanentes o también llamadas cordales y
deberían brotar entre los 18 y 25 años, pero como son los últimos dientes
permanentes en salir, muchas veces no encuentran espacio suficiente para su
acomodación, entonces quedan retenidos en la parte posterior de los maxilares,
estas retenciones se han asociado a múltiples signos y síntomas los cuales indican su extracción, sin embargo
si los terceros molares erupcionan normalmente, se acomodan en una correcta
posición y funcionan correctamente con el molar opuesto se deben mantener en
boca.
De los ocho dientes que tenemos los humanos en cada hemimaxilar, los
terceros molares son los que presentan mayores problemas con la erupción, seguido
de los premolares, caninos, incisicivos y segundos molares respectivamente,
pero hay un diente que ha venido reportando un alto nivel y mayor frecuencia en
retención o impactación, este fenómeno se ha relacionado con factores
hereditarios, son los caninos; su retención es más frecuente en el maxilar
superior y tan pronto es diagnosticado requiere intervención ortodóntica y
quirúrgica porque estos dientes, cuando
están impactados, pueden reabsorber las raíces de los incisivos y originar pérdida
o lesión creando un grave problema funcional y estético.
Por todas estas razones, los padres y ortodoncistas debemos estar
pendientes de la erupción dental de nuestros hijos desde los primeros años de
vida hasta cuándo, como adultos sanos, los entregamos a la sociedad.
Dr. Luis Carlos Hernández
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